El Rincón - Prision de Alberto Galdames Montenegro

MUNICIPALIDAD DE LOS ANDES.
Tal cual, este grave hecho ocurrió en Los Andes.
Fue en septiembre de 1979, que Alberto Galdames Montenegro, padre de Juan Galdames Carmona, el mismísimo Juan del Diablo, fue designado a dedo por el gobierno militar como alcalde de la ciudad de Los Andes, hasta que luego, en enero de 1982, fue encarcelado y luego destituido por delito corrupción por el mismo gobierno de Pinochet, que pasó la peor vergüenza que haya sentido el régimen, tras la sorpresa e indignación que causó un delito de esta gravedad como es la corrupción, que entonces, era desconocido en todos los círculos sociales de Los Andes y del país.

Las Cuchufletas Grandilocuentes de Alberto Galdámes Montenegro

El embustero de Alberto Galdames Montenegro presagiaba, grandes proyectos rimbombantes a los andinos para embobarlos, siendo el principal entre otros, la construcción de un pomposo nuevo Mercado Modelo para la ciudad, ubicado en la entonces Avenida Sarmiento, hoy Avenida Santa Teresa con la esquina de calle Manuel Rodríguez, en donde hoy se encuentra el Juzgado de Familia.
En ese lugar, se erguía un completo y acogedor Mercado, bien aseado y preservado, en donde la población acudía feliz, como un evento social, a aprovisionarse de sus comestibles: Verdulería, Pescadería, Carnicería, Abarrotes, etcétera.

Además, este mercado fue definitivamente un centro placentero de esparcimiento para sus habitantes, sus Restaurantes ofrecían un extenso menú con contundentes y exquisitos platos, que lo elevaba, más que un centro comercial, a un lugar de sociabilización y esparcimiento para los andinos.

Hasta que llegó Alberto Galdames Montenegro a Los Andes a destruirlo todo, imponiendo proyectos estridentes, como la construcción de un nuevo Mercado Modelo, que consolidaría a Los Andes su calidad de primer puerto terrestre del país, y que consistía en: la construcción de 32 locales comerciales, pérgolas, artesanía, y un terminal de buses con 17 andenes, a un costo de 22 millones de pesos de aquel entonces.

La población, y especialmente los locatarios del Mercado, quedaron sorprendidos y preocupados porque dicho recinto era muy cómodo, pues allí todo funcionaba muy bien, contaban con cómodos estacionamientos, notaban que no requerían otro edificio nuevo, y sospechaban que el proyecto de Alberto Galdámez Montenegro, les iba a traer un serio problema a todos.

Pero el empecinado Alberto Galdames Montenegro, con una simple maqueta impuso su proyecto, haciendo imperar su autoridad dictatorial del régimen militar, y como regalo de navidad, en diciembre 1980, ordena el desalojo de los locatarios del Mercado, quienes a su pesar y de manera conmovedora, debieron retirar sus maquinarias y mercaderías obedientemente, y al mes siguiente inicia la penosa demolición.

Así ocurrió con tantos vecinos conocidos que allí trabajaban, e hicieron sus vidas en el Mercado como fue la familia Medel, famosos en Los Andes por su pasión incondicional al Club Trasandino, quienes muy acongojados, debieron desarmar su negocio de abarrotes, y luego presenciar con desgarro la demolición, no solo de su fuente de trabajo, sino de tantas historias hermosas, sociales y románticas que allí se gestó, y que reunió a los andinos creyendo, y con la cándida esperanza de las promesas del hipócrita de Alberto Galdames Montenegro, de que vendrían tiempos mejores.

En el diario Quinta Región adjunto, detalla y grafica toda esta información.

Sorpresivo “Encarcelamiento” de Alberto Galdames Montenegro.

Al mes siguiente, mientras se demolía el Mercado en enero de 1982, los andinos quedan estupefactos y desconcertados con el súbito encarcelamiento del entonces alcalde de Los Andes, Alberto Galdames Montenegro, cuando vieron llegar a los Agentes de la Policía de Investigaciones al Municipio andino, para sacarlo esposado desde la misma municipalidad y llevarlo a la cárcel como cualquier punga malandra callejero, tras la denuncia en un letal informe emanado por el inspector de Contraloría: señor Raúl Toledo, que denunció una serie de delitos de otorgación de Licencias de Conducir Fraudulentas, y de cobros ilegales en el Departamento de Tránsito de la Municipalidad, obligando al magistrado del primer Juzgado del Crimen de Los Andes, don Carlos Aránguiz, a ordenar su inmediata "encarcelación".

La gente quedó ruborizada, paralogizada, no podían creer lo que veían sus ojos, porque en esos tiempos, la gente desconocía lo que era la corrupción, era un delito impensado y muy vergonzoso, por la educación y altos valores morales que la gente tenía en aquella noble época.

Pero la repercusión más fea, fue la vergüenza que sintió la misma gente que apoyaba el gobierno militar, pues una fechoría de esta magnitud los dejaba descolocados, especialmente en la retórica y ejemplo que se vanaglorian, que es el honor militar, un valor inviolable e intransable en la moralidad de un militar, porque Alberto Galdámes Montenegro era comandante de la Fuerza Aérea de Chile, como pueden ver su foto.

Mientras que, para sus correligionarios, previeron que este escándalo vergonzoso debía “taparse" de inmediato, y como dé lugar, había que impedir que se expusiera al gobierno militar a ser deshonrado.
Para ello, montaron toda una faramalla, prefabricar una salida decorosa, no por la honra de Galdámes, sino para proteger lo principal, que el gobierno militar no fuera avergonzado ni humillado su honorable imagen ante la ciudadanía, por culpa de esta manzana podrida que los había traicionado.

Para ello, el gobierno militar tuvo que reinventar un procedimiento disuasivo, en que la Corte de Apelaciones de Valparaíso obligó al ladrón de Alberto Galdames Montenegro, a pagar una fianza de 5.000 pesos de ese entonces para recobrar su libertad condicional, y devolver todo el dinero embolsicado indebidamente, y farsear toda una novela de supuestos malentendidos, para restituirlo luego de modo aparente a la alcaldía.

Finalmente, llega su destitución, que era la sentencia definitiva encubierta por el régimen, no pasó mucho tiempo en queel corrupto de Alberto Galdámes Montenegro debió presentar su renuncia, aparentemente voluntaria, una salida planificada, que se trataba de que todo lo ocurrido había sido un simple malentendido, pero que todos sabían que había quemado al régimen, y que los pinochetistas furiosos, ya no lo soportaban más en Los Andes.

Hipócrita Despedida

Descaradamente,el cínico de Alberto Galdames Montenegro se despide de la alcaldía diciendo: "Me voy con la frente en Alto, y el deber cumplido".

A ver a ver a ver a ver.
¿Es especimen engendro de maldad creyó que la gente es tonta?
Ahora se descubre otra de sus cualidades, un pergecto hipócrita.

Ordenemos los conceptos.

Dijo que se iba: ¿Con la Frente en Alto?,

Si estuvo preso varias semanas, tuvo que pagar una fuerte fianza en la Corte de Apelaciones de Valparaíso para su libertad condicional, el mismo régimen de Pinochet avergonzado y decepcionado de su traición a la honra militar, le obliga a devolver todo el dinero sustraído, disfrazar sus delitos, y a su pesar, por apariencias, reintegrarlo provisoriamente a la alcaldía, para así, salvaguardar lo más preciado, "la honra militar".

Porque en esos tiempos, la gente sí conocía la vergüenza y los valores morales, porque tenían decencia.

Y a eso Alberto Galdames Montenegro le pudo llamar, ¿salir con la frente en alto?

Y la otra chocarrería, por desgracia para la risa.

Se iba "con el deber cumplido".

¿Pero qué deber cumplió?, si dejó Los Andes destruído.
¿De qué majadeía hablaba este rufián de Alberto Galdámes Montenegro?,

Si después de tanta parafernalia, el pomposo proyecto estrella de este decarado Alberto Galdámes Montenegro lo dejó hecho escombros, arruinó financieramente a los locatarios del Mercado, la peor barbarie inhumana ocurrida en Los Andes.

Tan evidente el daño, que al tiempo después, algunos comerciantes volvieron, y tuvieron que levantar improvisados locales comerciales hechizos, tipo mediaguas con toldos plásticos, para intentar reiniciar sus actividades laborales, tras el espantoso desastre que dejó un lastre de especímen como fue el sinvergüenza Alberto Galdames Montenegro, en su fracasada y deplorable ruin gestión.

A tuvo el descaro de decir, ¿El deber cumplido?...

Después de toda la destrucción que dejó su falta de moral y de preparación profesional...
¿Adivine quién pagó esta farsa?...

Obviamente que los andinos, la gente de a pie, y especialmente los locatarios del mercado antiguo, quienes perdieron sus negocios, el sustento y sacrificio de toda una vida, de tanta gente que trabajaba en el mantenimiento del recinto, y que era tan grato para la gente con sus familias acudir allí.

Luego de la destrucción, todo quedó en ruinas, en un terreno eriazo, sumergido a un abandono total por muchos años, que daba pena y rabia a los andinos pasar por allí, y haber sido testigos de cómo un recinto de tanta utilidad, desapareció ante la vista de todos, por culpa de un imbécil fracasado, llamado Alberto Galdámes Montenegro.

Luego algunos locatarios volvieron a reconstruir sus negocitos a la intemperie, con mediagua y toldos plásticos, todo hechizo, pero la gente fiel volvió allí, donde estaban acostumbrados, aunque ahora todo era una ruina.

Hasta que finalmente, el terreno fue ocupado por el estado, para construir un edificio para el juzgado.

¿Y qué fue de Alberto Galdames Montenegro?
Murió, convencido que su "Conciencia estaba limpia y el deber Cumplido”, cuestionándonos…

¿Cuáles fueron las escalas de valores morales, de Alberto Galdámes Montenegro, que dejó a Los Andes en ruinas?...
¿Y cuál fue su legado cómo alcalde de Los Andes?...

Primero: el delincuente Alberto Galdames Montenegro inauguró la corrupción en Aconcagua, metió las manos en las arcas municipales y ensució el honor del gobierno militar con su vil bajeza, por ello estuvo preso, razón que no tiene explicaciones ni escusas que dar, fue un corrupto, y esta maldición genética que le heredada a su hijo, Juan Galdames Carmona, conocido como Juan del Diablo, que repitió con creces las mismas mañoserías.

Segundo: La inútil y despiadada destrucción de un hermoso y acogedor Mercado, de tanta utilidad y romanticismo para los andinos, el ruin de Alberto Galdámes Montenegro la redujo a escombros, así, tal cual, a escombros.

No solo fracasó un proyecto mal implementado por el estúpido de Alberto Galdámes, sino toda una historia con la que se construyó la ciudad de Los Andes, basado en el estupendo servicio que prestaba el Mercado a la comunidad, y que la imbecilidad de Alberto Galdámes Montenegro vilmente sepultó.

La casa de Galdames, un bastión de la CNI

Para el Golpe militar, la familia Galdámes en pleno salen con violencia del clóset, empoderados como miembros del movimiento armado Patria y Libertad, e hicieron de su casa, un bastión de la CNI, donde cuan vulgares lame botas de baja calaña, acusaron falsamente a muchos rinconadinos para que fueran apresados por los militares.

Así, este clan de malignos desquiciados, hicieron méritos a Pinochet como miserables lame botas, para ser agraciados y lograr cargos de importancia en el gobierno.

Pero, con las mañoserías que traen de cuna los Galdámes, el régimen pinochetista quedó avergonzado y hastiado como hoy lo está toda la derecha con su hijo Juan del Diablo, que desgraciadamente para nosotros, vuelve a repetir esta maldita historia de su fracasado padre, y esta vez con creces.

Un pasado negro en la historia de Rinconada, que afectó a Los Andes, protagonizada por el Cartel de Rinconada del Clan Galdámes.

Ya la gente les tomó fobia y repugnancia a todo el maldito Clan Galdámes, pues fueron ellos los que trajeron e instauraron la corrupción, la violencia y el terrorismo en Aconcagua, y el único anhelo es, no volver a tropezar en la misma piedra, cambiar de raíz a todo ese bodrio de delincuentes que se creen autoridades, incapaces y corruptas, porque los Galdámez están cebados, en su sangre está infectado el virus de la corrupción, pues lo tienen incrustado en sus genes.

Esta es su oportunidad, para que en ésta elección, usted mismo saque a toda esta asquerocidad que avergüenza de nuestro municipio rinconadino.

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